El aparato de propaganda avanza confiscando nuestros referentes históricos.
Símbolos como “la patria”, “lo ciudadano”, “lo público” y “la Tricolor” son ya de uso exclusivo de un partido.
Se apropian también de la imagen de expresidentes como Alfaro y Roldós con filmes sesgados sobre sus muertes que pagan con los fondos públicos.
Asimismo usan a personalidades de los medios, la academia, las artes, el deporte; tras desechar, las someten a linchamiento mediático como “traidores a la patria” (receta cubana de la franquicia la ALBA).
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