Aparte de que Guayaquil está asentada casi a nivel del mar, que los ríos se han sedimentado y los esteros que la circundan han sido irresponsablemente taponados, hay una actividad diaria que contribuye a las inundaciones de amplios sectores en cada temporada invernal.
Me refiero a la actividad que practican cientos de llamados chamberos, quienes destrozan las fundas con basura acumuladas en las esquinas de las calles, buscando botellas plásticas y de vidrio, papel, cartón y desperdicios de ropa y comidas, para obtener un beneficio económico.
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