Cuando leí El Proceso de Kafka hace muchos años, de hecho era estudiante de la carrera de Derecho todavía, la visión de Josef negándose a suicidarse con el cuchillo que sus verdugos le ofrecían, me pareció entre poética y heroica; la expresión de quien aun como víctima de un sistema perverso mantenía un mínimo de entereza ante la adversidad. Tiempo más tarde Der Prozess cayó nuevamente en mis manos, esta vez en el idioma en que fue escrito y ya con varios años de experiencia como abogado en libre ejercicio profesional.
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