Benjamín Carrión Mora, uno de los pensadores más destacados del país, no se equivocó al impulsar la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), como espacio para la promoción de las diferentes manifestaciones culturales en el país y el afianzamiento, por lo mismo, de la identidad nacional, como elemento que articula, cohesiona y nutre a diario el sentido de comunidad, convirtiéndose –a no dudarlo– en un potente faro que ilumina ese complejo y sinuoso camino definido por la globalización, como fenómeno que lo engulle casi todo, en la línea de homogenizar el pensamiento y la vida de
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