La Refinería Estatal de Esmeraldas [REE] fue construida en la década del setenta y desde sus inicios tuvo serios inconvenientes técnicos para su funcionamiento. Primero por el tipo inadecuado de crudo que aceleraron los procesos de corrosión de los equipos, ocasionando continuos paros emergentes y largos periodos de mantenimiento; y después, por la poca asignación de recursos para reemplazar oportunamente los dispositivos obsoletos. Estos fueron causales para no operar con su capacidad original, es decir, 110.000 barriles diarios.
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