¿Por qué le ha dolido tanto al Gobierno el informe Pásara? Porque supuso que entre las reformas que impone a la sociedad ecuatoriana, la justicia iba a ser de las más exitosas, la que menores cuestionamientos nacionales e internacionales tendría. Y porque la judicialización de la política pasaría “de agache”, como hecho aislado, sin que llegue a integrarse y darnos la versión exacta de una perversión de la democracia, visible para los ciudadanos y para los observadores.
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