Me encantó la frase con que María Fernanda Espinosa justificó su salida del gabinete: Estamos –dijo– en una revolución y toda revolución necesita un relevo.
Poeta, al fin y al cabo, la exministresa con su paso al costado (como en términos castrenses se llama el tránsito a la retaguardia) dio ejemplo: la revolución debe estar en permanente cambio y quienes la encarnan no deben perpetuarse en sus puestos porque, poéticamente, se transforman de revolucionarios en involucionarios.
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