Sí, finalmente, tenemos corporativismo estatal. Atenazados entre la declamación poética del ministro de Relaciones Laborales y la energía revolucionaria de nuestro faro, luz y guía, el presidente de los obreros, fue parida, desde las profundas entrañas del único proyecto público, el estado de la revolución ciudadana, la Central Única de Trabajadores (CUT). ¡Salve gloriosa representación de los auténticos trabajadores de la Patria Altiva i Soberana! ¡Salve redentora de los trabajadores del mundo! ¡Salve la nueva fachada gubernamental!
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