La mayoría de nosotros tenemos la suficiente suerte de tomar por sentado el saneamiento básico, como el agua corriente y los inodoros. Pero 2.500 millones de personas –casi la mitad del mundo en desarrollo– carecen incluso de una letrina básica, y 1.000 millones tienen que recurrir a lo que se conoce educadamente como defecación al aire libre. En Ecuador, 793.000 personas en las áreas rurales aún carecen de saneamiento básico, y en toda América Latina esto afecta a más de 100 millones de personas.
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