Es loable que se esmeren en la investigación del crimen de un turista japonés hasta dar con los hechores.
Pero, es penoso que poco o nada se haga para detener esta ola de inseguridad que obliga a transformar las viviendas en verdaderas “cárceles” con rejas de protección contra los delincuentes.
Luis A. Moncayo Figueroa
Santa Ana, California, EE.UU.
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