Este es el año de los agricultores familiares y ello me parece muy bien, pues nos obliga a mirar al campo y a quienes en buena parte nos alimentan, proveen de divisas al país, contribuyendo entre otros a sostener la dolarización y proveen de materias primas, que aseguran el funcionamiento de buena parte de nuestra industria. Nos obliga a saber si estamos retribuyendo a estos ecuatorianos, hombres y mujeres, lo que se merecen y si tienen acceso a los activos e insumos que necesitan, para hacer mejor lo que ellos ya hacen. Nos permite hacer una introspección profunda.
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