Conozco de un profesional que en su calidad de colono, y habiendo residido en las islas durante muchos años por motivos de trabajo, desea llevar del continente una camioneta, que le permita cumplir mejor sus necesidades de transporte, de trabajo, familiares y agrícolas.
Resulta que este profesional, extorsionado por otros colonos, debe pagar en efectivo entre 40.000 y 60.000 dólares al contado para adquirir “un cupo”; y si se tratara de una buseta, la cantidad se elevaría a más de 100 mil dólares.
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