Hay grandes novelas y hay novelas extensas. Las dos características, la calidad y el volumen (también podemos decir los volúmenes) no necesariamente coinciden pero, en ocasiones, las dos grandezas se aúnan en solo libro y entonces tenemos el equivalente literario de las catedrales, de los grandes frescos y de las mayores sinfonías. Obras de dimensiones heroicas, según unos, o divinas, según otros.
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